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Soy mujer hecha palabra

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miércoles, 23 de junio de 2010

NOCHE DE SAN JUAN BENDITO


Noche de San Juan Bendito, alumbrada con hogueras.... ¡cuántos recuerdos infantiles, cuántas vivencias que me hacen sonreir y añorar épocas viejas, en mi pequeña isla bella, en la isla de La Gomera!
Yo entonces era todavía muy chica, pero me gustaba participar en todos los bullicios de la fiesta, porque en San Juan todavía hoy, en La Gomera, creo que es fiesta local en casi todos los pueblos.

Donde nosotros vivíamos, como era un caserío alejado en mitad de la costa sur, pues lo más apropiado era hacer la hoguera más grande, que pudiera durar más tiempo y tuviera las llamas más altas que la de los caseríos colindantes. Recuerdo que las hacíamos con aulagas secas, que adían muy bien y aguantaban mucho. Era espectacular para los chiquillos y así nos quedabamos viendo las lenguas de fuego que ascendían, o bailando alegrementte alrededor de la hoguera.

¿Cómo no recordar también los amasijos de panes y bollos de leche que se hacían en las propias casas, que casi todas las cocinetas tenían un horno a la entrada donde se cocía el pan, las galletas, las tortas, etc.?

A las chiquillas nos hacían un panecillo con forma de muñeca que a veces nos permitían amasarlas a nosotras mismas y darle la forma y diseño que quisiéramos.

Tengo yo una anécdota de un año por San Juan, que por la tarde nos mandaron a llevarle panecillos y bollos a mi otra abuela que vivía al otro lado del barranco.

Y después de que habíamos hecho el mandado, al cruzar el barranco de nuevo, de regreso, nos subimos a las ramas más altas de un moral, que estaba cargadita de moras maduras, pero que la dicha rama estaba encima de una charca de las de riego, que no era demasiado profunda.
Pues al trepar las dos, mi amiga y yo, a la rama, con el peso, hicimos que la rama se partiera...y naturalmente...
...¡las dos fuimos a caer dentro de la charca, con moras y todo!. ...
Salimos hechas sopas y ateridas de frío poque comenzaba ya a anochecer, pero no obstante no nos fuimos de manos vacías. Llenamos las dos faldas empapadas, de moras negritas y.. ¡¡andando ladera arriba!!
Cuando alcanzamos la orilla del barranco, ya había anochecido y se encendían ya las hogueras en la lomada.
Todavía recuerdo las caras de nuestra familia cuando nos vieron aparecer de aquella guisa: pelos chorreando, vestido empapado y todo manchado de moras y lamcara no digamos, porque por todo el camino íbamos comiendo moras.
¡¡Qué tiempos aquellos!!
Y mi abuela que decía: " mañana pa' Benchigigua, que tengo promesa al santo"
¡¡Viva San Juan Bendito, que vivaaaaaa!!

2 comentarios:

Ligia dijo...

Muy buena la anécdota, Mary Carmen. Los recuerdos de la niñez son muy tiernos. A mí este año no me llegó ni el olor a quemado. Besos

Angel dijo...

¡Ay!, Mari Cármen, recuerdos de aquellos sanjuanes villeros donde terminábamos de bailar en el Junonia y amanecíamos en la playa.