Queridos amigos y amigas, lectores de mi blog:
Hoy quisiera invitarles a conocer a una entidad comercial canaria que además trabaja por preservar nuestra cultura, por la formación para el ocio y por la integración social de nuestra gente
La Fundación Canaria MAPFRE GUANARTEME, es una entidad privada, sin ánimo de lucro, que lleva desde 1985 contribuyendo al desarrollo social y cultural de las Islas Canarias, promoviendo, financiando, fomentando, participando y en definitiva trabajando en iniciativas que propicien la solidaridad y la defensa de los ideales de paz y justicia entre los seres humanos.
La FUNDACIÓN ofrece un amplio abanico de actividades cuyos contenidos y objetivos contribuyen al desarrollo cultural y social en nuestras islas Dichas actividades se realizan principalmente en sus sedes de Arucas, Las Palmas de Gran Canarias y La Laguna en Tenerife, y, con carácter puntual, en otros escenarios.
Desde que dejé mis ocupaciones profesionales, he asistido a diversos cursos, en los cuales he desarrollado habilidades para mejorar y mantener activas mis condiciones físicas y cognitivas: cursos de perfecionamiento en las técnicas narrativas, cursos de manualidades, como cestería tradicional canaria, repujado en estaño, pirograbado, dibujo, pintura, etc.
Además he recibido cursos de técnicas para reforzar la memoria y he concursado ya por dos veces en el certámen anual de "Rescatando la Memoria", concurso de ámbito regional, que abarca a todas las personas de todas las islas y cuyo objetivo es salvar del olvido aquellos acontecimientos de la historia personal y colectiva de nuestra gente, que antiguamente se acostumbraban a contar en las conversaciones familiares, pero que en estos tiempos en que las costumbres han cambiado y las comunicaciones interpersonales directas han perdido terreno en favor del desarrollo de las nuevas tecnologías de la comunicación, hay que ingeniar la manera de rescatarlas incorporandolas a las nuevas formas.
Este certamen o concurso de relato corto va ya por la undécima edición y yo he tenido la suerte de que en las dos ediciones que he participado, la 8ª y la 10ª, se me han publicado mis relatos: el primero, sobre mi niñez en La Gomera y el segundo, sobre los medios de comunicación y su desarrollo desde entonces.
Estos relatos adolescen en muchos casos de la corrección adecuada para ser considerados verdaderos textos de calidad literaria y es por eso, creo yo, que la FUNDACIÓN este año ha tenido el buen criterio de sacar a la luz un curso para mejorar las técnicas narrativas y hacerlo por internet (on line) para que llegue a cualquier rincón del Archipiélago, contando con un equipo docente muy cualificado que coordinará y dirigirá el curso a distancia.
Para informarse sobre este curso, que es totalmente gratuito, y formalizar su inscripción, entrar en la web de la Fundación: http://www.fundacionmapfreguanarteme.es/ y enviar un correo electrónico con los datos personales a infofmg.a@mapfre.com o llamando al teléfono de la Fundación en su sede central de Arucas,
928 60 48 67.
Animo a todos los que quieran, a inscribirse y disfrutar aprendiendo a relatar sus vivencias de la infancia o la juventud, que tan importantes han sido para nosotros, que somos enlace fundamental en la transmisión de nuestra historia a las futuras generaciones.
Este blog quiere ser un soporte de apoyo al desarrollo de mis actividades literarias, especialmente a la poesía.
viernes, 21 de enero de 2011
viernes, 14 de enero de 2011
EMPECEMOS BIEN EL AÑO: ¡LEYENDO!
Hola, amigos/as
Creo que ya he dicho alguna vez que yo no aprendí a leer en ninguna escuela. Yo pisé una escuela por primera vez después de haber cumplido los ocho años. Eso sí, ya sabía leer perfectamente de forma fluida y comprensiva. Por lo tanto mis primeras clases de lectura y escritura las recibí en mi casa, seguramente, calculo yo que sería a los cuatro o cinco años.
Recuerdo mi primera cartilla de RAYAS con el método fotosilábico: las vocales con su correspondiente dibujo que no se me han borrado aún de la mente. La i de iglesia, la a de abanico, la e elefante, la o de ojo y la u de uvas. Esa era la primera página. En blanco y negro, naturalmente, pues tardarían unos años más para que editaran las imágenes y las letras en color.
También recuerdo mi primer cuaderno, que no era un cuaderno convencional de los de la época, sino un fleje de hojas sueltas de papel fino de colores pastel que papá arrancaba del blog que él tenía para los partes del personal que trabajaba a sus órdenes como encargado o capataz de la finca de tomates de La Sabinilla, en la lomada de Los Almácigos, y que luego mamá los encolaba con "poleada" (agua y harina) y quedaba listo el cuaderno.
Luego la pizarra y el pizarrín, más tarde el cuaderno de dos rayas y el lápiz de madera, o el otro de color amarillo brillante que se le descascarillaba la pintura, con la goma rojiza incorporada, que por cierto, borraba muy mal, y yo prefería la goma de borrar "milán" que era más suave. También recuerdo las cajas de creyones de seis colores, los afiladores de hierro, plateados, etc.
Bueno, todo ésto lo recordarán los que sean de mi generación, década de los cincuenta, y sonreirán ahora al igual que lo hago yo de forma nostálgica ante el teclado de mi nuevo pc portátil última generación.
Toda esta rememoración viene a cuento de un vídeo que encontré en una web literaria, que de forma simpática e irónica hace una demostración de lo dificil que es explicarle hoy en día a los jóvenes lo que es un libro,... sí, un libro, un book, ... no sé si me entenderán, pero para más claridad, veamos el vídeo... :)
Creo que ya he dicho alguna vez que yo no aprendí a leer en ninguna escuela. Yo pisé una escuela por primera vez después de haber cumplido los ocho años. Eso sí, ya sabía leer perfectamente de forma fluida y comprensiva. Por lo tanto mis primeras clases de lectura y escritura las recibí en mi casa, seguramente, calculo yo que sería a los cuatro o cinco años.
Recuerdo mi primera cartilla de RAYAS con el método fotosilábico: las vocales con su correspondiente dibujo que no se me han borrado aún de la mente. La i de iglesia, la a de abanico, la e elefante, la o de ojo y la u de uvas. Esa era la primera página. En blanco y negro, naturalmente, pues tardarían unos años más para que editaran las imágenes y las letras en color.
También recuerdo mi primer cuaderno, que no era un cuaderno convencional de los de la época, sino un fleje de hojas sueltas de papel fino de colores pastel que papá arrancaba del blog que él tenía para los partes del personal que trabajaba a sus órdenes como encargado o capataz de la finca de tomates de La Sabinilla, en la lomada de Los Almácigos, y que luego mamá los encolaba con "poleada" (agua y harina) y quedaba listo el cuaderno.
Luego la pizarra y el pizarrín, más tarde el cuaderno de dos rayas y el lápiz de madera, o el otro de color amarillo brillante que se le descascarillaba la pintura, con la goma rojiza incorporada, que por cierto, borraba muy mal, y yo prefería la goma de borrar "milán" que era más suave. También recuerdo las cajas de creyones de seis colores, los afiladores de hierro, plateados, etc.
Bueno, todo ésto lo recordarán los que sean de mi generación, década de los cincuenta, y sonreirán ahora al igual que lo hago yo de forma nostálgica ante el teclado de mi nuevo pc portátil última generación.
Toda esta rememoración viene a cuento de un vídeo que encontré en una web literaria, que de forma simpática e irónica hace una demostración de lo dificil que es explicarle hoy en día a los jóvenes lo que es un libro,... sí, un libro, un book, ... no sé si me entenderán, pero para más claridad, veamos el vídeo... :)
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