Marcamar

Marcamar
Soy mujer hecha palabra

Seguidores

miércoles, 23 de marzo de 2011

REFRESCANDO LA MEMORIA (Lecciones de Historia)

CALLES DE LAS CIUDADES DE CANARIAS CON NOMBRES DE PERSONAJES HISTÓRICOS

En Canarias estamos cansados de transitar por las calles de nuestras ciudades, que tienen nombres archiconocidos para nosotros, pero que desconocemos en parte o en su totalidad, quiénes fueron esos personajes y por qué se han hecho acreedores de tal honor.
Bien, pues con la ayuda de un gran historiador "anónimo" y muy particular, que doy cada día gracias a Dios por tenerlo cerca, vamos a intentar arrojar luz sobre la vida de estos personajes históricos y rescatarlos del olvido o de la ignorancia involuntaria de todos nosotros.

Partiremos de un hecho histórico relevante, que influyó especialmente  en la demografía de las islas, incorporando apellidos de origen francés a la sociedad isleña, como Orán, (la soprano tinerfeña María Orán),  Granier, Maffiote, Shwartz, etc. todos ellos deportados de la  batalla de Bailen, en Cádiz, cuando la Guerra de la Independencia Española contra la Francia de Napoleón.
El 2 de mayo de 1808 cuando se llevaron a cabo en Madrid los fusilamientos que inmortalizara  Goya en una de sus más famosas obras pictóricas, se encontraba en el puerto de Cádiz parte de la  Armada de Guerra Francesa. Y al llegar la noticia a Cádiz de los sucesos de Madrid, el pueblo se lanzó a la calle y se produjo un encontronazo bélico entre  españoles y franceses, ganando los españoles  y tomando prisioneros  a miles de franceses.  El problema en ese momento es que no tenían posibilidades de atender a ese gran número de prisioneros y decidieron las autoridades _ como siempre _ enviarlos a Canarias. Y así fue como llegaron unos 1.500 franceses, deportados de Bailen  al Puerto de Santa Cruz de Tenerife, que los instalaron en el pueblo de Candelaria, en el convento de los Padres Dominícos, por ser esta localidad más adecuada al estar abierta al mar y más aireada para evitar epidemias.
Pero pronto la cuestión de su alimentación se convirtió en un problema insoluble debido a la guerra, por lo que se decidió enviar a 496 de ellos a Gran Canaria y repartir el resto por los pueblos de la isla. Así La Laguna, Santa Cruz y La Orotava recibieron 200 presos cada una; Los Realejos y Güimar,60; Icod y Garachico, 80; y Candelaria, 40. En La Laguna fueron alojados en la Casa de la Alhóndiga, en La Orotava en el Colegio de los Jesuitas y en Icod en una casa de la calle  que recibió su nombre de "los franceses".
Al estar ya repartidos por los distintos pueblos fueron poco a poco integrándose en la sociedad y perdiendo la condición de prisioneros. Alguno que otro emprendió fuga a su país. Y cuando ya se les declaró ciudadanos libres, muy pocos también, optaron por regresar a Francia, pues la mayoría habían contraído matrimonio con mujeres tinerfeñas. Este es el caso del personaje  que nos ocupa y que hoy ha quedado su nombre inmortalizado en  el nombre de una calle.

En Santa Cruz tenemos la calle de Imeldo Serís, que va desde la Plaza de Weyler, atravesando Valentín Sanz y  Bravo de murillo hasta enlazar con la Avenida Marítima, que en un principio se llamaba_ y todavía hoy se le conoce_ como calle del Barranquillo, ya que era el lugar por donde discurrían las aguas de lluvia, al no haber alcantarillado. Este nombre de Imeldo Serís se le pone como agradecimiento a Imeldo Serís Granier, que fue un descendiente de los deportados franceses, y que nació en Santa Cruz de Tenerife en el año 1848. Este gran personaje santacrucero, fue marino de la Armada Española y a él se le atribuye la introducción de especies vegetales en Canarias como el laurel de Indias, tan típico ya en nuestros parques, plazas de pueblos y jardines. Luego se dedicó a la política, siendo senador en el Congreso y defendiendo muy activamente los intereses canarios y consiguiendo grandes logros como la construcción del primer tranvía, las carreteras de Granadilla y Candelaria hasta El  Médano, el restablecimiento de los juzgados de La Laguna y La Orotava y el Colegio de Abogados. También consiguió la exención de los impuestos al carbón, existentes para el resto del territorio, y muchos otros logros que mejoraron las condiciones de vida de los ciudadanos.
Falleció repentinamente en Madrid el 16 de noviembre de 1904 a los 56 años de Edad a causa de una angina de pecho. Sus restos descansan en el panteón de hombres Ilustres del cementerio de Santa Lastenia de Santa Cruz de Tenerife.
En su testamento deja un legado de 150.000 pesetas para que se construya un edificio dedicado a establecimiento de enseñanza bajo la dirección de la fundación “Instituto de Enseñanza Imeldo Serís”. Este edificio se construye en la calle 25 de Julio. También dono al Museo Municipal de bellas Artes de Santa Cruz de Tenerife diverso mobiliario y documentos.
Así que ya, cuando transitemos por dicha vía, podemos dedicar un recuerdo agradecido a quien supo trabajar por el bien común de nuestro pueblo: Imeldo Serís Granier y Blanco, tinerfeño de orígen francés.

3 comentarios:

Ligia dijo...

Muy interesante esta lección de historia que nos cuentas hoy. Mis felicitaciones al "historiador". Abrazos

marcamar dijo...

Buena amiga y seguidora
de cuitas de esta poeta
que tocas siempre a mi puerta,
en cualquier momento y hora.
Eres colaboradora,
cómplice del sentimiento
por eso en este momento
sin licencia y sin tardanza
yo me tomo la confianza
y te muestro mi contento.

M a r c a m a r

Concepción de León dijo...

Me he llevado una gran alegría al ver esta sección que espero que continue con más calles de Santa Cruz. Gracias porque conocer mejor la historia de nuestro entorno ayudará a respetarlo y conservarlo. Felicidades a los dos.