MONASTERIO DE MONTSERRAT
Monasterio de Monserrat. |
Esta vez estaba el tiempo un poco lluvioso, cosa que se agradeció porque había mucho calor.
El trayecto lo hicimos, primero en Metro, luego en Tren y el último tramo de subida, en el Telesférico.
Telesférico. |
Nave Central del Santuario. |
Este es un lugar en el que llegas y no quieres irte. Te sientes tan a gusto, con tanta paz y libertad de espíritu, que parece que siempre has estado ahí.
Entramos al Museo del Monasterio y pudimos disfrutar del audiovisual que cuenta toda su historia.
También tienen una Escolanía o Coro de Voces Blancas, formada por un buen grupo de niños y jóvenes que salen a cantar en la misa del peregrino. Esta vez no tuvimos el deleite de escuchar sus voces porque estaban disfrutando de unas merecidísimas vacaciones.
Por fin tuvimos que despedirnos de la Virgen porque salía ya el último telesférico. Y al comenzar el descenso, una imágen de la Moreneta desde un lateral de la estación, nos daba su bendición. Instintivamente, puse mi mano en el cristal de la cabina como signo de despedida y veneración a esta magnífica advocación de Nuestra Madre Santísma.
Recomiendo a todas mis amistades, si viajan a Barcelona, no dejen de subir al Monserrat, incluso, aunque no sean creyentes porque el paisaje es maravilloso.
Mari Carmen Martín Mendoza
Gracias por el reportaje, Mary Carmen. Nosotros fuimos en noviembre pasado y me gustó mucho. Abrazos
ResponderEliminarTienes una visión estelar de las cosas y los aconteceres. Por ello pienso que tú eres una estrella errante y fugaz, Marcamar, pero con luz propia; y deberíamos hallar un punto en el Cosmos donde hacer que se encuentren nuestras amables miradas... Enhorabuena por tus comentarios, que abrazan ternura, sensibilidad y cariño; me ha sobrecogido sobre manera esa mano sobre el vidrio, ese cristal intermediario que no permite que toques lo que tus ojos ven...
ResponderEliminarGracias, Andoni, amigo y poeta. Precisamente, cuando puse la mano en el cristal, lo hice en recuerdo de aquella otra mano de poeta que había hecho lo mismo, pero en otro telesférico, y que luego escribiría un bello poema titulado "Puse la mano en el Teide" ¿Recuerdas?
ResponderEliminarY no dudes que existe ese punto cósmico de encuentro entre almas que se alimentan de la misma sustancia: La Poesía.
Un abrazo.