"Cuando tenía veinte años, miraba a la Naturaleza.
Cuando cmplí los cincuenta, la contemplaba,
Y ahora que he cumplido los setenta,
la medito"
Lola
Casa Creciente
Esta es la tarjeta de visita que me regaló Lola nada más conocerla en un pequeño jardín paradisiáco, en la trastienda de uno de esos comercios con encanto, en uno de de los barrios con solera de Barcelona.
Lola es una mujer fascinante, que nada más verla, se abre igual que una flor y deja ver su escencia de persona íntegra, de mujer luchadora y alegre.
Te cuenta sus penas y glorias con una sonrisa en los labios, y con la alegría de estar viva, chispeándole en su mirada franca.
Lola es fuerte como un volcán y tierna y sencilla como pétalos de violeta.
Lola es una mujer agradecida, que da por bueno lo que ha vivido, pues no mira el sufrimiento, sino lo que de él ha podido aprender.
Al momento de haberla conocido, me pareció tan familiar su presencia, que invitaba a la conversación fluída y a las confidencias del alma..
Su naturalidad se desborda y mirar a Lola a sus ojos claros, es comoo mirarte y verte reflejada en las aguas limpias y transparentes de un manantial, que te llena de frescura y te hace sentir cómoda disfrutando de la calidez que desprende su amistad.
Así he visto y he conocido yo a Lola. Una bendición más que Dios ha puesto en mi Camino de peregrina errante, que va siempre buscando fuentes como Lola, para calmar su sed.
Gracias, Lola, por tu amistad sencilla y cordial.
Mari Carmen Martín
Una definición sugerente para una mujer. Abrazos
ResponderEliminarHola Ligia. ¿Cómo estás cariño? Estoy en Barcelona, que aproveché que mi vecina vino a visitar a su hija, y ya sabes cómo soy, que me encanta viajar y conocer gente y sacar siempre algo positivo de la amistad.
ResponderEliminarYa te contaré. Por cierto, igual te llamo y nos vemos pronto. Besitosss