Bien, pues con la ayuda de un gran historiador "anónimo" y muy particular, que doy cada día gracias a Dios por tenerlo cerca, vamos a intentar arrojar luz sobre la vida de estos personajes históricos y rescatarlos del olvido o de la ignorancia involuntaria de todos nosotros.
Partiremos de un hecho histórico relevante, que influyó especialmente en la demografía de las islas, incorporando apellidos de origen francés a la sociedad isleña, como Orán, (la soprano tinerfeña María Orán), Granier, Maffiote, Shwartz, etc. todos ellos deportados de la batalla de Bailen, en Cádiz, cuando la Guerra de la Independencia Española contra la Francia de Napoleón.
El 2 de mayo de 1808 cuando se llevaron a cabo en Madrid los fusilamientos que inmortalizara Goya en una de sus más famosas obras pictóricas, se encontraba en el puerto de Cádiz parte de la Armada de Guerra Francesa. Y al llegar la noticia a Cádiz de los sucesos de Madrid, el pueblo se lanzó a la calle y se produjo un encontronazo bélico entre españoles y franceses, ganando los españoles y tomando prisioneros a miles de franceses. El problema en ese momento es que no tenían posibilidades de atender a ese gran número de prisioneros y decidieron las autoridades _ como siempre _ enviarlos a Canarias. Y así fue como llegaron unos 1.500 franceses, deportados de Bailen al Puerto de Santa Cruz de Tenerife, que los instalaron en el pueblo de Candelaria, en el convento de los Padres Dominícos, por ser esta localidad más adecuada al estar abierta al mar y más aireada para evitar epidemias.
Pero pronto la cuestión de su alimentación se convirtió en un problema insoluble debido a la guerra, por lo que se decidió enviar a 496 de ellos a Gran Canaria y repartir el resto por los pueblos de la isla. Así La Laguna, Santa Cruz y La Orotava recibieron 200 presos cada una; Los Realejos y Güimar,60; Icod y Garachico, 80; y Candelaria, 40. En La Laguna fueron alojados en la Casa de la Alhóndiga, en La Orotava en el Colegio de los Jesuitas y en Icod en una casa de la calle que recibió su nombre de "los franceses".
Al estar ya repartidos por los distintos pueblos fueron poco a poco integrándose en la sociedad y perdiendo la condición de prisioneros. Alguno que otro emprendió fuga a su país. Y cuando ya se les declaró ciudadanos libres, muy pocos también, optaron por regresar a Francia, pues la mayoría habían contraído matrimonio con mujeres tinerfeñas. Este es el caso del personaje que nos ocupa y que hoy ha quedado su nombre inmortalizado en el nombre de una calle.


En su testamento deja un legado de 150.000 pesetas para que se construya un edificio dedicado a establecimiento de enseñanza bajo la dirección de la fundación “Instituto de Enseñanza Imeldo Serís”. Este edificio se construye en la calle 25 de Julio. También dono al Museo Municipal de bellas Artes de Santa Cruz de Tenerife diverso mobiliario y documentos.
Así que ya, cuando transitemos por dicha vía, podemos dedicar un recuerdo agradecido a quien supo trabajar por el bien común de nuestro pueblo: Imeldo Serís Granier y Blanco, tinerfeño de orígen francés.
3 comentarios:
Muy interesante esta lección de historia que nos cuentas hoy. Mis felicitaciones al "historiador". Abrazos
Buena amiga y seguidora
de cuitas de esta poeta
que tocas siempre a mi puerta,
en cualquier momento y hora.
Eres colaboradora,
cómplice del sentimiento
por eso en este momento
sin licencia y sin tardanza
yo me tomo la confianza
y te muestro mi contento.
M a r c a m a r
Me he llevado una gran alegría al ver esta sección que espero que continue con más calles de Santa Cruz. Gracias porque conocer mejor la historia de nuestro entorno ayudará a respetarlo y conservarlo. Felicidades a los dos.
Publicar un comentario