El día de la ofrenda a la Santísima Virgen del Pino, salimos desde el Parque de San Telmo en guagua a las 8 de la mañana, rumbo a San Mateo, para desde allí, salir caminando hasta postrarnos ante la Virgen del Pino, en la Villa de Teror.
La mañana estaba soleada y corría la brisa fresca, ideal para caminar. Comenzamos a las 9 y media de la mañana y anduvimos despacio pero con ganas. Subimos laderas, bajamos a barrancos, ascendimos de nuevo, etc. Y así hasta llegar por fin a Teror, cruzando unas tierras muy fértiles dedicadas a los cultivos, llamadas "los abejales".
Lo peor del trayecto: una cuesta muy pendiente llamada: "subida al Piquillo" que nos hizo acordarnos de toda la parentela del dichoso Piquillo.
Lo mejor del Camino: la gente que nos iba indicando por donde ir. En Utiáca, una señora octogenaria, salió a la puerta para decirnos por donde debíamos subir. Y nos contaba que cuando ella era joven, subía por allí para ir a vender fruta a los caseríos de la comarca.
Como es tradición, en mis caminos siempre he adornado mi sombrero con las florecillas silvestres que éste me ha ido regalando. Esta vez el sombrero era de ala ancha y empecé poniendo flores, pero al final puse hasta un buen ramo de romero fresco, que luego deposité a los pies de la Virgen como ofrenda.
Por el trayecto, como siempre hubieron anécdotas simpáticas, una de ellas fue que nos equivocamos con las señales rojas de senderismo, y bajamos un barranquillo, subimos la ladera y al cruzar el lomo, vimos que el sendero terminaba en una granja donde sólo había vacas, perros, burros y gallinas, pero ningún ser humano. Marisa, muy educada, llamó varias veces a ver si había alguien que nos indicara el camino por donde seguir, pero nada. Dimos media vuelta y ...cuando ya subíamos de nuevo la ladera, desde la granja, un hombre se asomó a una ventana y nos dijo por dónde era el camino a Teror.
Desde lejos pudimos divisar ya la Villa de Teror, pero todavía nos quedaba como un hora más de Camino.
Por fin entramos en Teror y ya encontramos calles engalanadas con banderas y guirnaldas de colores, con aperos colgado en los balcones, música de megafonía que animaba el ambiente.
Encontramos un quiosco en una plaza y paramos a tomar un refresco. La señora era colombiana y llevaba muchos años en Canarias. Tenía un hijo en Tenerife, en Los Cristianos. Continuamos adelante y eran las 3 menos cuarto cuando atravesamos el umbral de la basílica del Pino.
La emoción afloró a nuestros ojos al encontrarnos ante la Venerada Imagen de Nuestra Sra. del Pino después de la agotadora etapa del Camino.
Fue el momento de descansar mientras dábamos gracias, hacíamos las peticiones y encargos que llevábamos y luego salimos y buscamos donde comer.
A las cuatro comenzó la tradicional ofrenda de flores y frutos de todos los pueblos de la isla, de todas las islas de la Comunidad, cada cual con su representación musical o grupo folclórico. Y ahí comenzamos a disfrutar del buen hacer de las gentes, de su arte, de su trabajo, de su solidaridad y de su bondad y esfuerzo por darle brillantez a la fiesta y ofrecer a través de la Virgen, todo tipo de alimentos, que luego tendrían un fin humanitario. Gracias.
Y ya puedo morir tranquila, porque he cumplido con dos deseos importantes en mi vida: subir al Roque Nublo y llegar caminando a Teror, a los pies de la Virgen del Pino.
¡¡Gracias, Madre mía, misión cumplida!!
Mari Carmen Martín
(marcamar)
Tremenda caminata!! Mis pies no la aguantarían. Pero supongo que debió ser toda una experiencia. ¿Ya hiciste la peregrinación a Candelaria? Abrazos
ResponderEliminarHola Ligia, querida, claro que sí he hecho la peregrinación a Candelaria muchas veces. Y la de Guadalupe en La Gomera. Me faltan las demás islas y sus Patronas. Pero todo se andará. Así que anímate y comienza a entrenarte para que me acompañes. Besitos
ResponderEliminarHola marcamar! Es un orgullo para mi leerte y escribir en este blog. Un fuerte abrazo amiga.
ResponderEliminarMarcamar he leído tu peregrinación pal ‘Pino, y he recordado la vez que fui yo con mi marido la primera vez transcurría año febrero año 86 prometí ir a ver a la virgen del Pino nada más saber mi aprobado en las oposiciones y te imagina febrero…frio, lluvioso, viento y sol también hubo.
ResponderEliminarDesde las medianías de Telde salimos pa’Teror a las 5 de la mañana con unas cuantas anécdotas entre ellas una parecida a la tuya, eso que te salieras del camino...Santo Diossss! con lo cansadita que vamos mi caso fue equivocarnos de subida de esa que tu le llamaste la de los Piquillos.
Por un instante imagina marcamar… Con lluvia, empapados, barro en las botas que no dejaba de levantar del suelo un peso tierra barrosa y en un camino que dejamos por equivocación. Gracias a un pastor que por allí estaba con un… ehhhh!! Por ahí no se va pa Teror no tiene salida...Madre mía del Pino...pa'tras volver y el camino coger y a la subidita bendita. Al llegar a su término, volviendo mi vista dije mirando…este camino a mí, no me vuelve a ver masss!! Llegamos a las 13.30h de ese día, maravillosa experiencia que a pesar de de todo añoro poder hacerlo de nuevo, pero creo que jamás volveré a recorrer esos atajos, laderas, 19 barrancos conté subiendo y bajándolos y por la carretera andábamos también.
Pues después de ese día hemos ido varias veces más, pero nunca fue como la primera vez, como tú dice carreteras laderas y barrancos. Así que me he reído cuando he leído eso de la subidita y de la salida del camino pa’Pino. Felicitaciones mi niña otra meta en tu vida conseguida otro sueño hecho realidad. Un fuerte abrazo amiga marcamar.
Gracias Maricarmen, gracias por tu lindo comentario y por contar también esa linda experiencia de tu peregrinar al Pino. Ya has podido observar que quedé impactada por las emociones que me ofreció el camino a Teror.
ResponderEliminarDisculpa que no te haya llamado para vernos, pero comprendí que estarías liadilla con los acontecimientos festivos y demás, y no quise añadirte tarea.
Besitos, ya nos veremos, guapa, porque amenazo con volver, jajajaja
Me he cansado de solo leerte, el esfuerzo mereció la pena seguro. Un beso enorme guapa!
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